Algo no va bien. Su cara se torno colorada. Deben de haberle metido algo en su interior, seguramente una bomba de ahí el color de su piel, no debe tolerar el material de la bomba. Debo vigilarla, como de un movimiento brusco debo protegerme.
-“Sígueme.”No te quitare ojo de encima
Al parecer mientras más la miro más colorada se pone, la bomba debe de activarse con la mirada. Sera mejor que la mire mientras no se da cuenta.
Mierda, no deja de girarse hacia mí. Y cuando justamos los ojos se enrojece aun más. Debe de estar a punto de estallar.
¡No aguantara más!
-“¡A cubierto!” Salte a dos metros a mi izquierda y acabe en el suelo hecho una bola.
-“¿Qué… que haces?”
-“Nada, pensé que iba a estallar.”
Su mirada me decía que no tenia de idea de lo que estaba hablando, eso me tranquiliza, al parecer no tiene nada dentro.
-“Ehem… sigamos.”
A partir de este momento no hizo nada más que hablarme sin parar de sus problemas, de las cosas que hace con sus amigas, de un mantón de cosas que no sabía a que venían ni me interesaban demasiado. Pasamos un buen rato en casa, al parecer el lápiz no tenía ninguna bomba (Mejor, me gustaba ese lápiz) así que estoy fuera de peligro.
Mi madre también me miraba sorprendida desde que llegue a casa. Seguramente no sabía que traería a una chica a probar lo de la bomba y la desactivo antes. Soy muy astuto. Demasiado astuto diría yo. No hay nada que escape a mi gran mente.
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