miércoles, 20 de mayo de 2009

Writing_Parte7.


La escuela… un lugar que debería desbordar de inteligencia y que es todo lo contrario, un lugar lleno de idiotas que no hacen más que gritar. Todos me tratan de rarito. No me junto con nadie, siempre estoy callado y cuando es el tiempo libre me alejo de todo. Es rara toda comunicación conmigo. Solo unos pocos consiguen sacarme alguna palabra, supongo que se les podría llamar “amigos”.

Y aquí estoy. Todo como de costumbre. Siempre igual. El mundo “real” es tan monótono. Quizás esa sea una de las causas que me atrajeron a escribir. Intentar vivir en un mundo fantástico, en donde nada sea tan monótono, nada sea tan aburrido. Un mundo en el que alguna vez pase “algo”.

-“¡Ey, numero 23! “Dado que mi numero en la lista es el 23, así es como hice que me llamaran.” ¿Qué tal el findesemana?”

-“Bien.”

-“Aham… esto… ¿algo interesante?”

-“No.” Su cara se torno algo extraña, como si esperara algo más. ¿Acaso mis respuestas no eran las correctas? “Ehem… tengo una propuesta nº 15. ¿Podrías venir hoy después de clases a mi casa, tengo un problema y necesito tu ayuda?” Mas que problema es un lápiz-bomba.

Después de asentir con la cabeza e irse corriendo con sus amigas a hablar-de-a-saber-que, empezó la clase. Por muy normal que fuera que todo el mundo me estuviese mirando, algo era diferente hoy. Sus caras mostraban sorpresa.
¿Sera que saben algo que yo no sé? ¡Seguro que algún plan para matarme! Todos lo saben y se sorprenden, saben que voy a morir y les llama la atención. No puedo bajar la guardia, debo mostrarme firme, fuerte ante la situación.

Estuvieron todo el día mirándome hasta el mismo pitido del final de las clases.

-“Bueno nº 15, ¿Vamos?”

-“Cl…claro.”


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