jueves, 14 de mayo de 2009

Padre e hijo.

No es algo que me llame mucho la atencion. Pero bueno, lo escribi y lo pongo :D


Él siempre se comportaba de una forma normal, nada fuera de lo común. Llegaba a casa, hacia sus deberes, se sentaba con toda su familia a ver la tele, cenaban, antes de dormir le daba de comer a su tortuga. Como digo, normal.
Hasta que un día no volvió a casa después de clases. Ese día no hizo sus deberes, no se sentó a ver la tele con la familia, no ceno, y por supuesto, no le dio de comer a su tortuga. Simplemente desapareció.

Al final, después de dos días volvió a su casa. Volvió como si nada hubiese pasado. Llego, hizo sus deberes, se sentó con la familia a ver la tele, ceno, le dió de comer a su tortuga y se fue a dormir. Nadie le pregunto nada. Simplemente lo dejaron pasar, como si nada hubiese pasado.
A la mañana siguiente se fue a clases, volvió y repitió su rutina durante los siguientes días sin ningún error. Todos parecían extrañados, no entendían lo que estaba pasando.

Le preguntaban lo que hizo esos días, que es lo que le paso. El solo respondía que no paso nada, que acabo sus clases y que volvió a casa como todos los días.

El era un chico normal, como cualquier otro… bueno, excepto por algunos percances. Es algo descuidado, y tiene algo de buena suerte.

De pequeño, un día mientras salió a pasear al perro con su padre, pasaron mientras volvían por el jardín de su vecino, que por un accidente perdió el control de su cortacésped y acabo con la vida de su perro. A él también le alcanzó, pero solo le rozo el codo. Su padre que se había resbalado centímetros antes, lo llevo rápidamente dentro de la casa, pero solo era un rasguño, nada grave.
Años más tarde, salió de fiesta con sus amigos. Fueron a la montaña a pasar el fin de semana al lago del viejo lago. Según cuentan, una de las que allí estaban, bebió demasiado y dentro del coche, acelero y fue directa hacia él. Por suerte solo le rozo el pie, nada grave, salvo por la chica, que acabo ahogada dentro del coche. Al parecer no puedo abrir la puerta.

Todos estos acontecimientos y muchos más a lo largo del tiempo dirían que no es alguien muy común, y menos si mencionamos que a pesar de haber pasado varios años, sigue mostrando la misma apariencia que cuando tenía 12 años.
Pero según todos los del pueblo, el es alguien muy común. Alguien que no sobresale en nada.

Y volviendo al día de hoy, su padre le preparo un viaje sorpresa a la montaña. “Es un buen día para ir a ver el paisaje” dijo el padre, y juntos se fueron.

Pasaron tres días y el volvió, hizo los deberes, se sentó a ver la tele con su familia, ceno, le dio de comer a su tortuga y se fue a dormir.

A nadie le pareció extraño que volviera solo. Ni su padre ni el coche estaban. Se miraban los unos a los otros como alarmados, pero no decían nada. Se comportaban como si fuera un día como cualquier otro. Y así fueron los siguientes cuatro meses.

Ya era verano, y el y sus dos hermanos fueron a la piscina del pueblo. Estaba repleta, apenas había sitio dentro del agua. El y su hermano mayor decidieron hacer una carrera alrededor de la piscina.
Al cabo de dos vueltas de las cinco que habían acordado, su hermano mayor iba perdiendo. Al poco que faltaba por acabar, el dio un salto y detrás de él, su hermano mayor se resbalo con una pastilla de jabón que había en el suelo, cayó y se abrió la cabeza con la escalera.
Todo el mundo lo vio, pero por alguna razón siguieron como si nada. El sol se empezó a esconder y todos se fueron de allí. Nadie saco el cuerpo de su hermano de la piscina, durante toda la noche y los días siguientes floto por el agua hasta que un día sin más, desapareció.

Al cabo de dos semanas, su otro hermano apareció muerto en su cama. Nadie se alarmo, simplemente lo dejaron estar y al cabo de unos días, desapareció.

Extrañamente, la madre ya no estaba tan normal como todo este tiempo. Pasaron días en los que se encerraba en su cuarto a llorar durante horas. Nadie entendía el por qué. Se empezó a creer que por alguna razón había enloquecido. Muchos vecinos habían ido a verla, pero ella no hacía más que llorar la muerte de su familia.

Al final acabo por ser casi marginada del pueblo. Ya nadie iba a verla. Se quedo sola. Bueno, sola no. Aun lo tenía a él.

Un día, el bajo al comedor a desayunar, pero no había desayuno sobre la mesa. Busco a su madre por toda la casa, hasta que la vio sentada en su cama, mirando su tortuga.

“¿Qué haces mamá?” Le pregunto él. Aunque ella no respondía. “Mamá, ¿Qué haces?” Insistió. Pero en vano, no salía ninguna respuesta de los labios de su madre.
“¿Dónde está mi desayuno mamá?” Volvió a preguntar pero con la misma respuesta.
Ella simplemente se quedaba callada mirando a la tortuga. Al cabo de varios minutos de silencio, se levanto, se acerco a la tortuga, la levanto, y la apretó con todas sus fuerzas. La tortuga simplemente desapareció de sus manos.

“Mama, ¿Qué haces, donde esta mi desayuno?” Le volvió a preguntar con la tortuga en sus manos. Se acerco y la dejo donde estaba antes.

“Hijo… ¿Por qué no te mueres?” Le pregunto la madre entre lágrimas.

“¿Por qué dices eso mamá? ¿Te pasa algo?” Le respondió el mientras se acercaba a ella a secarle las lágrimas.

La madre alejo la mano de su hijo de su cara y le dijo “Dios está en todas partes, el lo ve todo, te ve a ti, sabe lo que haces, lo que estás haciendo, quien eres.”
“Lo sé madre.” Le dijo con una voz tranquilizadora.

A partir de ese día no se les volvió a ver. Nadie recordaba siquiera como eran, como se llamaban, nadie les recordaba. Era como si nunca hubiesen existido.

Todo esto fue como un juego, ¿Verdad hijo?

-“Si papá.”

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