miércoles, 27 de mayo de 2009

Writing_Parte11.



-“No pasa nada, son solo historias, no es real, ¿no?”

-“… te equivocas.”

-“¿Cómo?” Se puse colorada como la otra vez. Algo le pasa, mi interés aumenta, pero no viene al caso.

-“Que te equivocas. Sí que es real. Una historia es real. Cuando uno crea una historia crea un mundo, una vida, un espacio, un todo. Cuando uno dice que no es real, que solo es una historia, esta pisoteando lo que él hizo. Está matando la vida que el creo. Cuando tú eras una niña tus padres te contaban miles de cuentos, de historias para que te duermas. ¿Acaso esas historias no eran reales en aquel entonces? ¿No creías que estabas en aquel mundo cuando te las contaban? ¿No llorabas con cada problema que le pasaba a cada protagonista? Es lo mismo. Si de verdad te gusta lo que estás leyendo, si de verdad de interesa esto, no puedes decir que no es real, que todo es mera fantasía que no existe. Porque si existe, quizás no es algo entendible del todo y desafía toda lógica, pero cuando escribes una historia, creas un mundo separado del nuestro que tendrá una realidad en la mente de cada uno que lo lea. Así que no digas que no es real.”

-“Entiendo. Se lo que quieres decir. En mi cabeza todas estas historias que cuentan sí que son reales, o almenos quiero creer que en algún momento se harán realidad.”

El timbre sonó y nos despedimos. No se aun que quería decir con eso ultimo, supongo que habrá entendido lo que le dije.
En fin, tengo cosas que arreglar, sobre todo los nombres. Y la historia rehacerla, no me gusta nada. Pero seguiré buscando nombres en lo que me rodea, eso les dará un toque único. Algo exótico, aunque raros.

Muchas cosas están pasando estos días. No es como antes que iba al instituto, volvía a casa y escribía y dormía. Están pasando cosa nuevas, cosas que quizás en un tiempo escapen a mi control. Estoy empezando a relacionarme con una persona. Estas cosas podrían servirme para darle más vida a mis personajes, si las cuento en base a todos estos acontecimientos, sonara mas real y será mejor.

Muchas veces pienso que estoy viviendo una historia. Una historia en la que espero a que alguien venga a rescatarme, a sacarme de donde estoy, a cambiar lo que soy. Es por eso que sigo como estoy, por lo que no cambio ni avanzo, la esperanza de esto me mantiene cuando nada más puede. Y todos estos cambios… quizás sea esto.
La vuelta a casa no cambio, sigo yendo por el mismo camino, lo más llamativo del camino es el cambio del semáforo, nada mas cambia, quizás los cambios tarden un poco mas en suceder.

-“¡Ey, 23! Acababa de comprar las cosas que me pidió mi madre del mercado, ¿Me ayudas a llevarlas?, pesan demasiado.”

-“Claro, no podría no ayudar a quien puede salvarme de mi actual situación.”

-“Ja, ja, eres muy raro ¿Lo sabías?”

-“Si… pero también los raros sienten cosas como los “normales” y sufren como ellos.”

-“¿Eh, a que viene eso?”

-“A nada, déjalo. Te ayudare con esto.”

Tardamos un poco mas de lo habitual en llegar a nuestras casas, el peso de todo esto no era normal. A saber que compro.

-“Ey, 23, ¿Cuando escribirás otra historia?”

-“No lo sé, quizás espere un tiempo para crear alguna mas. Quiero que sea especial, la definitiva, la que llevo buscando mucho tiempo. Quiero pasar un tiempo recopilando información y varios caminos por los que pueda seguirla antes de nada.”

-“Mmm… ¿No te pasa nada verdad? Desde que te encontré fuera del mercado que te veo algo cambiado, quizás sea mi imaginación, pero es lo que creo.”

-“No lo sé, quizás sí, quizás no. Puede que me haya vuelto más fuerte al cargar con todas estas cosas que hay en las bolsas. ¿Estás segura de que lo que hay en las bolsas es lo que compraste? Quizás el vendedor, huyendo de algún policía de incognito que estuviera en la tienda, metió todas sus bombas y armas en tus bolsas y luego venga a matarte junto a tu familia para recuperarlas, yo que tu miraría si lo que traes es lo correcto.”

Tenía que disimular, es cierto que estoy algo cambiado, pero es algo pronto para admitirlo…
A pesar de esto,
se empezó a reír, se puso a mirar en las bolsas y a hacer chistes sobre si las manzanas explotarían si se le caían al suelo, y las agarro con todas sus fuerzas una a una y las fue entrando en la casa.

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