miércoles, 16 de diciembre de 2009

El artefacto. Suelto.

Aun lo recuerdo. Aunque cada vez con menos detalles. La brisa del aire sobre mi rostro. El aroma del mar. El sonido de las gaviotas. El calor del Sol por la tarde. El salir a correr por la orilla con mis hijas. El cuerpo de Tsu. La felicidad. Las ganas de vivir. El amor.
Son todas las cosas que poco a poco fui perdiendo tanto yo como todos. Todos perdimos algo. Todos recordamos aquellos momentos. Aquellos días. Todos lo perdieron. A todos se les fue arrebatado… Menos a mí. Lo perdí, pero no me fue arrebatado… Yo acabe con ello.

Cuando el cielo se oscureció, cuando la tierra se marchito, cuando el aroma del mar se convirtió en aroma a sangre, a azufre, a muerte. Cuando todo comenzó.

En el mismo instante en que todo empezó, Tsu y las niñas corrieron a casa. Se encontraban jugando en la orilla. Histéricas. Inquietas. Asustadas. Sin saber qué hacer, que decir. La oscuridad fue avanzando desde el horizonte hasta pasar sobre nuestras cabezas y llegar hacia el otro extremo. Cerramos las puertas, las ventanas. Un miedo de ignorancia nos rodeaba. No sabíamos lo que pasaba, no sabíamos lo que pasaría. No sabíamos nada. Los días pasaron. Se oían gritos, pasos, incluso sonidos que nunca habíamos oído y que no sabíamos de donde o de quien provenían. Tan solo nos limitamos que quedarnos quietos. A hacer la mínima cantidad de movimientos necesarios. Grandes y extrañas figuras nos mostraban sus sombras a través de las maderas que tapaban las ventanas. Nos ignoraban, no sabían que estábamos allí. Y eso estaba bien, estábamos a salvo. Pero en algún momento deberíamos de salir, buscar alimentos, agua. O moriríamos ahí dentro.

No podía hacerlas salir. No podía ponerlas en peligro. Salí solo. Cuando no se oían ya ruidos, cuando ya nada pasaba por nuestras ventanas desde hacía días. No había nadie. Y fue entonces cuando vi por primeras vez el mundo después de la oscuridad del cielo. No quedaban plantas. Los pocos árboles que habían estaban muertos, secos, carbonizados. La tierra tomo un tono rojizo. Era blanda, casi como el barro. En el horizonte se veía humo por todos lados. Grandes y fuertes torres de humo que se juntaban en el cielo.

Cerré los ojos. Deje de pensar. Tan solo necesitaba encontrar comida y volver con mi familia. Pero no había nada. Sin plantas y con los animales muertos por donde se mire, no había nada. Nunca lo habría hecho, pero era necesario. Cuchillo en mano fui y rebane el cuerpo muerto de una vaca. Corte lo suficiente para una temporada. Me aleje más de la casa aun dudándolo. Buscaba el mar, buscaba algo de agua. Aun salada era agua. Pero encontré algo mejor. Encontré un pequeño estanque. Quizás el agua de lluvia acumulada en un hoyo, no lo sabía. Pero no era roja como la del mar. Esta era normal. Así que fui hacia allí. Mientras me acercaba, sentí como se clavaba en mí una mirada. Sentía cerca una presencia, algo que me acechaba. Pero al darme la vuelta y mirar a mi alrededor no había nada. Estaba solo. Me agache y agarre toda el agua que pude. Al darme la vuelta para regresar, algo grande y fuerte se abalanzo sobre mí. Luche durante varios segundos hasta que conseguí sacármelo de encima. Pero no había nada. No lo entendía. Pero tenía tanto miedo que no me importo, corrí de vuelta a la casa. En el camino sentí un fuerte dolor en el brazo, y al mirar detenidamente descubrí un pequeño corte de lado a lado. Como un aro que me rodeaba el brazo. Pero al llegar a la casa el dolor ceso. Pasaron varios días más. La carne no sabía bien, pero se dejaba comer. El agua era lo único bueno. Cada noche sufría fuertes pesadillas. Me despertaba completamente sudado y con un fuerte dolor de cabeza. Tsu y las niñas empezaron a preocuparse a pesar de que yo no le daba demasiada importancia.

Un día entraron. Subieron las escaleras. Yo estaba fuera. A pesar de no querer, me aleje demasiado. No llegue a tiempo. Corrí lo más rápido que pude. Llegue a la habitación y los vi. Tsu y las niñas contra la ventana. Y el ser aquel frente a ellas. Me miraron. Me pidieron ayuda. Tenía demasiado miedo. Cerré la habitación. Siguieron llamándome, pero hui. Hui como un cobarde mientras me llamaban, me seguían pidiendo ayuda. Pero no pude. Me gritaban desde la ventana, veían como me alejaba corriendo. Corrí tanto que deje de oírlas. Las abandone. Yo las mate. No hice nada. Yo soy el monstruo.

-No podías hacer nada – Dijo Aenil. Es alta, de largos cabellos rojizos que ocultaban sus grandes y brillantes ojos castaños.

-¡Si que podía! ¡Podía haberlo impedido! ¡Podía haberlas salvado!

-¡Habrías muerto!

-¡Mejor! ¡Ojala hubiera sido así! Así todo esto no habría pasado. No habría acompañado a aquel chico y quizás todo esto habría terminado ya…

-Eso no lo sabes. Todo lo que paso… quizás tuviera que pasar. Si hubieras muerto no me habías salvado y no estaría aquí en estos momentos. Tu vida no es solo tuya. A todos los que conoces, a todos los que ayudas… Todos tienen una parte de ti. No puedes arrebatárselo así sin más…

Ninguno dijimos nada más. Habíamos terminado.
Ya era de noche. El frio empezaba a dejarse notar. Nos abrazamos para mantener el calor mientras dormíamos.

-Gracias por contármelo. – dijo ella susurrándome al oído.

jueves, 10 de diciembre de 2009

:P.

Siempre a todos les llega el momento en que se dan cuenta de que les falta algo. Algo que dejaron atrás, algo que no llegaron a terminar, algo que no pudieron siquiera empezar. Y que así como una termita, les destruye por dentro hasta no dejar nada. Y al final esa carcasa vacía se desmorona.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Huida.

Huía de lo monótono. Huía de lo normal, de lo ya visto. Huía del mundo. De su mirada. De su desprecio. De sus duras palabras. De sus reglas.
Buscaba ser él. No el “él” que todos querían y esperaban. Sino el “él” que él quería, el que nadie esperaba. Ser único, ser inigualable. Alguien a quien no se pudiera comparar con nadie. Ser distinto. Por que odia lo normal. Odia las reglas. Odia el significado de “libertad” en el que se obliga a ser como los demás. Odia esa libertad esclavizadora. Odia esa “libre sociedad” que le mira con desprecio.
Espera el momento. El momento en que todo cambiará. El momento que lleva esperando toda su vida. En donde cambiará y romperá el muro. Romperá sus reglas. Romperá su “libertad”. El momento en el que se convierta en el “él” que él quiere ser.

domingo, 8 de noviembre de 2009

:O

Gurren Lagann is the anime that defies logic, and gives the new meaning of the word "epic."

:D

Todo ello te rodea, es simple, tan solo elige. Ese, el otro, o aquel. Es la elección. Están por todos lados. Te miran esperando una respuesta, esperando que esa respuesta sea afirmativa. Que le digas que es el elegido.
Un largo camino le espera.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Dreamer_parte11.


-“Vale, aquí tienes a Josef, Larry. El “Salvador” por llamarlo de alguna manera.” Señalo con su mano una pequeña vidriera en la que al asomarse se veía un cuerpo, un cadáver.
-“Pero… si esta muerto… ¿Qué clase de broma es esta?”
-“Ja, ja, ja… no exactamente.” Sonó una voz dentro de la sala.
-“¿Quién… quien anda ahí?” Le temblaba la voz.
-El científico señalo la pared del fondo. Al verlo mejor, Larry reparo en que se trataba de una computadora enorme conectada a la vidriera.
-“¿Sorprendido?” Dijo el científico.
-“¿Pero qué…?”
-“Ja, ja, ja… El sorprendido debería ser yo al estar frente a un “durmiente despierto”” Dijo la voz de la computadora.
-“Este es Josef, Larry. Digamos que está muerto y a la vez no. Es bastante complicado de explicar.”
-“Veo que conoces a Tamura” Dijo Josef “Y bueno, bienvenido a mi pequeño mundo. Y lamento que hayas tenido que despertar con el mundo aun en este estado. Aunque déjame que te vuelva a decir lo sorprendido que estoy de que hayas despertado destruyendo mi programa.”

Feria.

-Oiga, señor, ¿A dónde va? – Le dijo el chico al anciano que paso rápidamente frente a el.
-¿Yo? – Le pregunto – A la feria de los patos, ¿A dónde si no?
-¿La feria de los patos?- Dijo entre carcajadas - ¿Qué es eso?
La cara del anciano enrojeció de golpe. Con una mirada de enfado atravesó sus pecas y se introdujo dentro del chico.
-Esta juventud inculta… ¡No saben nada! La feria de los patos no solo es de las mas prestigiosas, si no que de las pocas, por no decir la única, que viene a este horrendo pueblo. Ya sabes… - Su rostro se volvió blanco de repente.
-¿Ya sé el que? Explícate viejo.
El anciano dio un repentino salto a su izquierda, casi encima del joven pelirrojo manchándole de barro sus botas verdes.
Por la carretera paso velozmente un carruaje tirado por dos hermosos sementales negros que eran azotados por un barbudo y corpulento enano calvo.
-¡Todos los inhumanos igual! ¡Son todos unos bestias! ¡Animales! Deberíamos de haber acabado con todos ellos cuando pudimos en vez de dejarles convivir con nosotros.
-Lo que tu digas… ¿Qué era eso de lo que hablabas antes? – Insistió.
-¿De qué mierdas me estas…? ¡Ah! La feria. Ya sabes, o de aquellos rumores – Dijo el anciano seriamente en voz baja.
-¿Qué rumores? Se mas claro, anciano.
El hombre se le acerco, se medio agacho y siguió hablándole en voz baja – Monstruos, los monstruos viven en estos bosques.
-¿Eso? Eso no son más que rumores, viejo. No son más que tonterías, palabrerías que dice la gente para asustar a los niños.
-¡¿Tonterías?! – Grito exaltado el anciano - ¿Tonterías? Los jóvenes no saben nada. Los monstruos existen. Yo vi a una de esas bestias en aquellos bosques hace ya mucho tiempo. Algo así no se olvida. Es algo que se queda en tu mente para siempre. Cada vez que cierro los ojos le veo, con sus enormes ojos como platos, sus largas garras como estiletes, sus puntiagudos colmillos… Algo así no se olvida…
-Mira viejo, que existan los enanos y los gnomos es una cosa, ¿Pero monstruos? Vamos… Almenos estos son como nosotros, solo que más bajos, ¿Pero monstruos? Tú deliras anciano. Ya veo porque madre me advirtió que no me acercara a ti. Estás loco.
-Loco… - Dijo riéndose – Ya te gustaría… ¿Y hacia dónde vas tú ya que ya sabes hacia donde voy yo?
-A ver al gordo de Tromhold. Le debe varias facturas a madre, y me ha enviado a cobrarlas.
-¡Ja!- Soltó una carcajada – Estas tu que ese canalla te las va a pagar. Tu madre es la loca que lo alimenta esperando algún pago.
-Lo sé. Pero madre lo ha pedido y he de ir.
-Vale, ve. Estréllate contra un muro. Pero recuerda: No te acerques a esos bosques. – Le dijo seriamente.
-Que sí, que si…

Dos meses más tarde aparecieron dos botas verdes frente al bosque.

Oo.

Ap de gato!

jueves, 29 de octubre de 2009

Dreamer_parte10.


Su mente era un completo desorden. Toda su vida había sido mentira. Ya no sabía en qué pensar. El siempre quiso que le pasara algo sorprendente, pero no algo así. Se culpaba por ello.
Pasaron varios minutos hasta que abrió los ojos, se puso de pie y se dirigió hacia la puerta metálica. Al abrirla, estaba de pie aquel científico esperándole. Pero no le vio. Simplemente se quedo mirando el lugar. Era algo que no tenia mas descripción que paraíso. Todo el suelo estaba cubierto de un brillante césped que brillaba bajo el Sol artificia que colgaba desde arriba. Todo estaba lleno de arboles, pequeños arbustos y hermosas flores de todos los colores. Había pequeños animales, un lago lleno de patos. Era como el bosque de alguna princesa de cuentos de hadas.
-“Eh Larry, ¿Me escuchas? Tengo que ir a informarle esto a Josef, ven sígueme, le gustara verte.”
Le siguió pero aun hipnotizado por aquel paisaje.
Fueron por un camino de piedrecitas claras que pasaba junto al lago hasta llegar a otro recinto. No tan grande como el de las capsulas, pero grande de todas maneras. Por dentro eran todos pasillos y puertas. Si no lo conocías te perdías, como si fuera un laberinto. Así que procuro acordarse del camino. Primero a la izquierda, luego a la derecha, entra en al primera puerta, luego subir unas escaleras, girar a la izquierda y luego subir otras escaleras hasta llegar a una puerta. Era como todas las demás, simples, sin nada de especial.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Dreamer_parte9.


-“Todo esto no tiene ningún sentido, no puede ser real.”
-“Pero es real y si tiene sentido, es solo que no puedes encontrarlo. Y cuanto antes lo veas, antes podrás continuar con tu vida.
-“¿Continuar que vida? ¡Si al parecer nunca tuve una! No tienen derecho a hacernos esto…”
-“Todo fue pensado para preservar la vida dentro de la cúpula. Darles una segunda oportunidad en vez de matarles como animales. No estaba programado que despertaran. La finalidad era que vivieran una vida larga y feliz. Pero en tu caso todas nuestras metas no se consiguieron. Despertaste, quedaste atrapado en un bucle temporal en el que no envejecías, pero tu cuerpo si lo hacía. En tu “vida” tenias 27 años, pero aquí ya tienes 65.”
-“Q… quiero volver a mi antigua vida, sueño o lo que sea que haya sido, quiero volver.”
-“Me temo que o es tan sencillo. Todo era como un sueño, una vez te despiertas es imposible volver a el. Podemos introducirte de nuevo pero ya tendrías 65 años y todos los acontecimientos de tu vida nunca habrán tenido lugar.”
-“Pero yo…”
-“Ahora solo puedes tomarte tu tiempo para asimilarlo y vivir la realidad. Estaré fuera por si decides quedarte.”

domingo, 25 de octubre de 2009

Dreamer_parte8.


Según miraba a su alrededor, todo era blanco. Era una especie de gran laboratorio. Y él se encontraba dentro de una capsula, y al ver bien, se percato de que estaba todo lleno de ellas, cientos de ellas, miles.
-“¡Ah! Si, perdona. Es el entusiasmo que tengo, veamos. Estamos en alguna parte de la India. No sabemos dónde exactamente por ciertos problemillas que ya te contare.” Su rostro dejo salir una pequeña sonrisita.

-“¡¿La India?! Pero si yo estaba…”
-“En la capital. Frente al Banco Central, lo sé. Lo sé todo sobre ti.” De nuevo dejo escapar una sonrisa. No era nada tranquilizador.

-“No entiendo nada… ¿Y cómo es que he llegado hasta aquí? ¿Dónde está Julia?”
-“Cientos de veces me imagine teniendo esta conversación con un durmiente… Y nunca salió bien. Veamos, lo primero es decirte que Julia no existe.” La sonrisa de antes desapareció de su rostro.
-¿Qué? ¿Qué clase de broma es…?”