viernes, 13 de noviembre de 2009

Huida.

Huía de lo monótono. Huía de lo normal, de lo ya visto. Huía del mundo. De su mirada. De su desprecio. De sus duras palabras. De sus reglas.
Buscaba ser él. No el “él” que todos querían y esperaban. Sino el “él” que él quería, el que nadie esperaba. Ser único, ser inigualable. Alguien a quien no se pudiera comparar con nadie. Ser distinto. Por que odia lo normal. Odia las reglas. Odia el significado de “libertad” en el que se obliga a ser como los demás. Odia esa libertad esclavizadora. Odia esa “libre sociedad” que le mira con desprecio.
Espera el momento. El momento en que todo cambiará. El momento que lleva esperando toda su vida. En donde cambiará y romperá el muro. Romperá sus reglas. Romperá su “libertad”. El momento en el que se convierta en el “él” que él quiere ser.

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