-“Bienvenido a Seinciarg, joven. ¿Cómo te llamas?”
-“Dom, señor.”
-“Dom, ¿Eh? Y dime Dom, uno de mis soldados me dijo que venias a abrir las puertas del cielo, ¿Es eso cierto?”
-“Si.”
-“Y.. ¿Podrías decirme como lo harás, o que tienes tu que no tengamos ninguno de los aquí para hacerlo?
-“Si, ¿Pero podríamos hablarlo en privado por favor?”
-“Si, no veo por que no. Chicos, ¿Nos disculpan unos momentos por favor? Necesito hablar a solas con el señor Dom,”
No hay comentarios:
Publicar un comentario