Corrí y corrí sin parar, sin mirar atrás, lo único que había en mi mente era la cara de Rilas cuando empezó a correr a pesar de arriesgar su propia vida, a pesar de arriesgarla por el que fue el causante de la muerte de su familia.
Ahí estaba, el cartel del camino donde se suponía que acababa el bucle, si conseguía cruzarlo, significaría que Rilas lo consiguió, que estaba a salvo.
Queda poco, ya casi esta…
-“¡Si! , ¡Si! ¡Rilas, lo has conseguido!” Sabía que estaba a salvo, que lo consiguió, pero de todos modos no podía esperarlo, tenía que llegar cuanto antes al templo y abrir las puertas al cielo.
El camino cada vez se veía menos debido a la ventisca que cada vez era mas fuerte, hasta me costaba mantenerme en pie, pero tenia que llegar, sin importar como, tenia que hacerlo, por Rilas.
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