Es sorprendente como algo tan insignificante como aquello puede haber despertado en mi lo que había perdido, es lo que decían. Es igual si ellos pusieron el búho ahí o si el búho estuvo ahí todo el tiempo, para mi es lo mismo, lo que importa es que en aquel momento en que lo vi, no pensé en otra cosa mas que en lo que había dicho sobre el hacia un tiempo antes. No pensé en que alguien lo había puesto ahí a propósito, no pensé que se trataría de una broma, pensé en que estaba ahí y era real, me hizo creer en todo lo que imaginaba.
Mi casa se volvió un desorden. Todo se lleno de hojas, las mesas, sillas, sillones, el suelo, todo repleto de hojas. Las cuales, la mayoría eran hojas en blanco que simplemente estaban para dar ambiente, ni siquiera pensaba usarlas.
Era fantástico, me sentía como si hubiese viajado en el tiempo y vuelto cuando iba al instituto, pensaba completamente igual que en aquel entonces, y lo único que no era bastante de mi agrado, era que como aquella vez no tenía ni idea de que escribir, ahora tampoco la tengo.
Me quedaba un largo tiempo mirando a mi alrededor como siempre, intentando ver algo que me diga algo. ¿Qué me puede decir una caja? ¿O un diccionario? ¿O un gorro de nieve? Seguramente mucho, pero como no me dijo nada ayer, ni hace dos días, ni hace una semana, ¿Por qué me diría algo hoy?
Es mas, 15 se llevo la tortuga esa maldita de mi casa, pero aun asi cada noche la veo, caminando por mi cuarto, mirándome, oigo como se ríe de mi y desaparece como una simple sombra. Ella dice que es imposible, que la tortuga es de madera o algo asi y que es imposible que se mueva, que solo es mi imaginación… ¿Cómo va a ser mi imaginación, si mi imaginación es mi amiga? Es esa endemoniada tortuga que intenta separarnos. Le pondré trampas por toda la casa, ya verá. Se arrepentirá de haberse metido conmigo, no sabe con quién está jugando.
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