miércoles, 3 de junio de 2009

Writing_Parte16.


Cada día me levanto y veo lo mismo. Veo como esa tortuga de plástico, madera, o de lo que quiera estar hecha se queda mirándome como si nada le importara.
Pero me da igual, porque ya pase tanto tiempo diciéndole que se vaya, que me dejara en paz, y no me hace ningún caso. Así que paso de ella y sigo mi vida. Algún día se cansara y se ira de casa, abandonara el nido. Así como los pajaritos. Esos pájaros que una vez llegan a una edad determinada por el consejo “pajareril” dejan el nido en el que nacieron y se criaron para ir al mundo en el que seguramente si no aprenden a cuidarse ellos mismos en poco más de dos horas, acabaran siendo la comida de algún otro animal que si aprendió a cuidarse.
Un mundo muy peligroso el de los animales.
Pero como yo no vivo en el, mejor lo dejo ahí solito y vuelvo a lo mío.

Mmmm… escribiré esto en el libro. Puede ser una tontería, pero yo que sé, no quiero olvidarlo. El libro está lleno de cosas que la verdad, no me gustaría que nadie las leyera. Mucha, mucha vergüenza. ¡No!, es más, mucha es decir poco.

Pero… ¿Dónde está? No está en su lugar. No está en la cocina, no está en la mesa, ni en mi cuarto, ni bajo la cama. No está…


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