viernes, 10 de diciembre de 2010

El artefacto 2,15.

Me encontraba sobre un par de rocas mirando las nubes y las pocas estrellas que las conseguían atravesar. Con todos dormidos, el unico sonido que se oia era el de las hojas de los arboles moviendose con el viento a la vez que las pequeñas olas chocaban contra las rocas.

-¿Tu tampoco puedes dormir? - Dijo Tosar acarcandose en silencio por detras.

-Hay muchas cosas que debo asimilar aun. - Le respondi. El se sento a mi lado dandome la espalda.

-Ya somos dos amigo mio, ya somos dos... Desde que todo esto comenzo que no tenemos una noche tan tranquila como esta.

-¿Sabes? Si te soy sincero, nunca espere verme en eswta situacion. Estar tan tranquilamente a tu lado bajo la noche charlando de todo esto. Si supieras lo que dicen de los Deshi todas las historias. Como les hacen ver para todos los demas. Como me hicieron creer que serian.

- No nos hacen honor, ¿Eh? - Me dijo.

-Ninguno.- Le dije soltando una pequeña risa.

-¿Se suponia que seriamos unas bestias canibales o algo parecido? - Respondio a mi risa.

-Masomenos si. Si supieras el miedo que te tenian todos mis hombres mientras ibamos hacia el sur.

-¿Solo tus hombres? - Volvio a reir.

No me salian las palabras entre tanta risa. A pesar de haver perdido tantas cosas en tan poco tiempo, cosas muy importantes para mi, reir era la unica manera que tenia en aquel momento de afrontarlo.

-¿Sabes...? Lo que nos espera es un largo y duro camino. Quizas sea un suicidio. - Le dije aun con la mirada perdida en el cielo.

-Lo se. - Respondio levantando la vista. - Pero alguien tiene que hacerlo.

-Ya... Bueno, basta ya de tanta palabreria. Si me disculpa, señor canibal, me ire a descanzar lo que queda de noche. - Le dije mientras me levantaba y me alejaba hacia mi tienda. Las risas de Tosar se perdian en la lejania.

A la mañana siguiente, mientras todos aun dormian, lentamente me aleje del campamento hacia el espeso bosque que nos rodeaba.
Ya no se olia el refrescante aroma del agua del lago en el que deje a todos atras cuando los arbustos de mi alrededor comenzaron a moverse. Rapidamente empece a correr para intentar alcanzar lo que fuese que los movia hasta llegar a la raiz de un inmenso arbol en donde todo dejo de moverse. Mire hacia atras y el camino de hojas y ramas rotas que deje al correr habia desaparecido. El bosque se habia encargado de ocultarlo para no mostrarme el camino.
Varios minutos pasaron conmigo alli queto, esperando, hasta que de la nada aparecio una puerta completamente tallada en la raiz de aquel enorme arbol. De ella salio una bella mujer con un corto cabello rubio brillante y unos ojos verdes como el bosque que nos rodeaba.

-Bienvenido Awan, cuanto tiempo.

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