En todos estos años, mi entorno cambio casi por completo.
Meses mas tarde de lo de Sue, mi jefe sufrió un accidente de coche que le costo el empleo, y yo ocupe su lugar. Un lugar idóneo si estas falto de respeto y sentimientos hacia los demás, si lo único que te importa es uno mismo y de los demás solo que cumplan con el deber que para ti tienen, en este caso comprar.
Tal fue el progreso del negocio que pronto llegue a controlar la compra de viviendas de toda la ciudad. Estaba casi en lo mas alto.
A pesar de esto, mi antiguo jefe aun se preocupaba por mi. Me llamaba todos los jueves sobre las 5 para saber como estaba. Intentaba que le contara todo lo que había pasado aquel día como si fuera a servir de algo. Una vez llego a enviarme un psicólogo a mi oficina...
-"Bueno...Tom. ¿Quiere contarme lo que paso aquel día?"
-"La verdad...no. ¿Usted se cree que el contare algo que no le conté a nadie? La única persona a la que amaba me fue arrebatada. Desde entonces la gente no hace mas que mostrarme su lastima, como si fuera a servirme de algo. Esa gente no debería sentir lastima por mi, si no por ellos mismos. Regodeándose del dolor ajeno, rebotando de accidente en accidente, yendo de persona en persona, de dolor en dolor. Eso si que da lastima. Ademas, mas que pensar en como a mi me fue arrebatada mi hija, deberían pensar que asi como a mi todo me fue quitado, a ellos también podría pasarles. Que sentirían si se vieran en mi situación. ¿Querrían ir a terapias de grupo a decir "Hola, soy Bob, y tengo un problema", querrían ir a ver a un psicólogo que cree estar ayudándoles haciendo que recuerden todo lo que paso aquel día? No. Ahora fuera de mi vista."
La sesión no dura mucho...
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