domingo, 8 de enero de 2012

Libro.

Al llegar a la cima se quedo observando el paisaje. A pesar del pequeño vértigo que tenia fue incapaz de no mirar. Nunca en la vida había visto semejante belleza junta. Todo era como decía el libro de su abuelo. Las rocas flotaban. Enormes trozos de tierra se mantenían en el cielo ignorando la gravedad salvo para dejar caer unas hermosas cascadas hacia el extenso lago que las esperaba debajo. En cuanto intento dar un paso hacia el borde para ver mejor, una bandada de pájaros subió por el barranco y le hizo caer de culo al suelo. Aun con el corazón a punto de explotar por el susto, los siguió con la mirada hasta que desaparecieron detrás de una de las rocas.
A pesar de no poder mostrárselo a nadie. De no poder recuperar la dignidad al nombre de su abuelo después de que le hubieran llamado mentiroso. A pesar de todo, el sabia la verdad. Con eso le bastaba. Los demás ya no le importaban. Todo aquello estaba delante de sus propios ojos. El sonido de aquellas aves retumbando en sus oídos mientras las veía paradas sobre las flores de las rocas flotantes mientras bebían de las cascadas.
El abuelo tenia razón Pensó antes de tirar la cámara al vació.

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